En Isis Sin Velo, H. P. Blavatsky resumió el concepto pagano del hombre de la siguiente manera:
“El hombre es un mundo pequeño -un microcosmo dentro del gran universo.
Como un feto, está suspendido, por sus tres espíritus, en la matriz del
macrocosmos; y mientras su cuerpo terrestre está en constante armonía
con su madre tierra, su alma astral vive al unísono con el anima mundi
sideral. El es en ello, como ello es en
él, ya que el elemento que penetra el mundo llena todo el espacio, y es
el espacio mismo, sólo que ilimitado e infinito.
Con respecto a
su tercer espíritu, el divino, qué es sino un rayo infinitesimal, una
de las incontables radiaciones que proceden directamente de la Más Alta
Causa-la Luz Espiritual del Mundo? Esta es la trinidad de naturaleza
orgánica e inorgánica-la espiritual y la física, que son tres en una, y
de la cual Proclus dice:
“La primera mónada es el Dios Eterno;
la segunda, la eternidad; la tercera, el paradigma, o patrón del
universo; los tres que constituyen la Triada Inteligible.”
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