Raros son los que triunfan, porque casi todos estamos
aún ligados a un extenso pretérito de errores criminales, que
deformaron nuestra personalidad. En cada nuevo ciclo de
tentativas carnales, creemos mucho más en nuestras tendencias
inferiores del pasado que en las posibilidades divinas del presente,
complicando siempre el futuro. Es de ese modo que seguimos
por allá, asidos al mal y olvidados del bien, llegando, a veces, a
la disparatada idea de interpretar dificultades como puniciones,
cuando todo obstáculo traduce oportunidades verdaderamente
preciosas para los que ya tengan “ojos para ver”.
Del libro "Los Mensajeros"
por
Chico Xavier.
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