Dios es yo. Y yo soy Dios precisamente cuando ceso de ser "yo"
... O sea, que te atreves a decir que tú eres Dios…-, clamó el inquisidor, lleno de furia, contra el hereje.
-Querido hermano-, contestó el hereje con dulzura -es exactamente al revés: Dios es yo. Y yo soy Dios precisamente cuando ceso de ser yo, es decir, cuando dejo de identificarme con cualquier tipo de identidad, sea física o espiritual, sea individual o colectiva-.
-¿Si?... ¡Pues demuestra en la hoguera el Dios que eres!-, bramó el inquisidor.
-No dudes que así será-, respondió el hereje sin amilanarse –El bien-estar y el mal-estar me son indiferentes. Y en medio de las llamas, aun sumido en el dolor físico, continuará brillando la Felicidad, la Paz y el Bien-Ser del Dios que Soy: Yo Soy.
Por Emilio Carrillo.
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