sábado, 12 de octubre de 2013

 No odies a nadie,

sé amistoso y compasivo,
abandona todo pensamiento egoista,
y sé imperturbable tanto en el placer como en el dolor.

Feliz y siempre armonizado,
tu propio ego reprimido, con propósito firme,
con tu mente y tu alma dirigidas hacia mí,
adórame con amor,
para que así yo te ame a cambio.

Amo al hombre del que la gente no se escandaliza,
y que no se escandaliza de la gente,
que está libre de exaltación, miedo,
impaciencia y excitación.

Amo al hombre que no espera nada,
puro y hábil, indiferente,
sin preocupaciones inútiles y que abandona
toda empresa egoista, abrigado por mí.

Amo al hombre que no odia ni se regocija,
que no se lamenta ni desea,
que rechaza tanto lo placentero como lo desagradable,
que es fiel, devoto y sincero.

Amo al hombre que se comporta
igual con amigos y enemigos,
indiferente con las alabanzas o los desprecios,
el mismo haga frío o calor, en el placer o en el dolor...

Bhagavad-Gita
 

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