Opuestos
Antes del vaciado, debe haber llenado.
Antes de encogimiento, debe haber expansión.
Antes de la caída, debe haber ascenso.
Para destruir algo, llévalo a su extremo.
Para preservar algo, mantelo en el medio.
Aunque hablemos de opuestos, no hay realmente elementos antagónicos. Todos los opuestos son parte de la misma entidad. Como una serpiente de dos cabezas, los opuestos son dos partes del mismo todo. Se definen uno a otro, como el negro define al blanco. Alternan el uno con el otro, como la guerra alterna con la paz.
Siempre que algún fenómeno alcance su extremo, cambiará hacia su opuesto, tal como la noche más oscura comienza a cambiar hacia el amanecer, y el invierno más frío es seguido por una gloriosa primavera. Por lo tanto, cualquier cosa que uno quiera destruir sólo necesita ser guiada a su extremo, o ser aplastada mientras está justo apareciendo. Por ejemplo, los dos momentos más fáciles para destruir un árbol son cuando es tan alto que está por venirse abajo o tan joven que puede ser fácilmente arrancado de raíz.
El mismo principio se mantiene si uno desea nutrir algo. Puedes prevenir su destrucción al llevarlo cerca de, pero no por sobre su ápice. Puedes tomar una rama de un árbol viejo e injertarla. Esa es la sabiduría del término medio. Los seguidores del Tao cambian una situación cuando alcanza su ápice. Al unir sus esfuerzos a una nueva situación que está recién
emergiendo, logran la perpetuidad.
EL TAO.
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